Contexto: cómo funciona la quema de grasa
En nuestra búsqueda de métodos naturales para cuidar la salud y mantener un peso adecuado, el café aparece con frecuencia como un posible aliado. Sin embargo, antes de atribuirle poderes extraordinarios, es importante entender cómo funciona la quema de grasa en el cuerpo. Nuestra energía diaria se consume en tres procesos principales: el metabolismo basal, que es la energía necesaria para mantener las funciones vitales en reposo; la termogénesis, que es el gasto calórico al procesar los alimentos que ingerimos; y la actividad física, que incluye desde el ejercicio hasta las tareas cotidianas. Cuando logramos un déficit calórico, es decir, gastamos más calorías de las que consumimos, el organismo recurre a las reservas de grasa para obtener energía.

Cafeína: el activo principal
La cafeína es el componente estrella del café que se relaciona con la quema de grasa. Al ingerir café, esta sustancia actúa sobre el sistema nervioso central, elevando el nivel de alerta y promoviendo la liberación de neurotransmisores como la noradrenalina. A su vez, diversos estudios han demostrado que la cafeína puede incrementar el metabolismo en reposo entre un 3 % y un 11 %, y favorecer la lipólisis, el proceso por el cual los ácidos grasos almacenados en el tejido adiposo se liberan para ser utilizados como energía. Estas acciones trabajan en conjunto para que, en ciertas condiciones, el consumo de café potencie ligeramente el gasto calórico.
Evidencia científica
Existen ensayos clínicos en humanos que muestran un aumento significativo en la oxidación de grasas tras la ingesta de cafeína. Por ejemplo, un estudio con voluntarios sanos que recibieron 5 mg de cafeína por kilogramo de peso corporal registró un incremento de hasta un 12 % en el uso de grasas durante ejercicio moderado, en comparación con un placebo. De igual forma, dosis de 200 mg de cafeína —equivalentes a un espresso doble— han elevado el gasto energético en reposo en alrededor de un 5 % durante aproximadamente dos horas. No obstante, estos resultados provienen de muestras relativamente pequeñas y el efecto varía entre personas, dependiendo de factores genéticos, nivel de tolerancia y hábitos de vida.
Beneficios ergogénicos
Más allá del aporte directo en la quema de grasa, el café ofrece beneficios ergogénicos que pueden mejorar el rendimiento físico. Consumir una taza antes de entrenar contribuye a retrasar la sensación de fatiga y aumenta la fuerza y la potencia en ejercicios de alta intensidad. De esta manera, al lograr sesiones de entrenamiento más prolongadas e intensas, el gasto calórico total se incrementa, lo que favorece indirectamente la pérdida de grasa.
Recomendaciones de consumo
Para sacar el mayor provecho al café como complemento en tu plan de salud, lo ideal es optar por preparaciones sencillas y de bajo aporte calórico. El café negro, sin azúcar ni cremas pesadas, es la mejor opción. Tomarlo entre 30 y 45 minutos antes de la actividad física permite que la cafeína haga efecto justo cuando más la necesitas. Una ingesta de dos a tres tazas de 240 ml al día —equivalente a unos 300–400 mg de cafeína— suele ser suficiente para notar sus efectos sin excederse. Además, puedes alternar entre espresso, café filtrado o cold brew para disfrutar de distintas texturas y sabores.

Precauciones y contraindicaciones
Aunque el café es seguro en general, es importante tener precauciones. Quienes sufren de insomnio o ansiedad deberían evitar su consumo al final de la tarde para no alterar el sueño. Las personas con hipertensión deben consultar con un profesional de la salud, y durante el embarazo o la lactancia se recomienda limitar la ingesta a 200 mg de cafeína al día. También es posible que algunas personas experimenten molestias digestivas, por lo que conviene evaluar la tolerancia individual.
Conclusiones
En definitiva, el café no es una solución milagrosa para quemar grasa, pero sí puede convertirse en un aliado cuando se incorpora de manera consciente dentro de un estilo de vida equilibrado. Su principal virtud radica en el impulso extra de energía y el ligero aumento del metabolismo, que, sumados a una alimentación adecuada y ejercicio regular, contribuyen a alcanzar un déficit calórico.
“El café nos brinda un empujón para mejorar nuestro rendimiento y estado de ánimo, pero el verdadero cambio se logra con constancia en los hábitos de vida.”
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